Como los Montañeros somos los más choros de la promoción, hemos adoptado la moción de celebrar intempestiva y sorpresivamente cumpleaños a carretas nuestros. En esta ocasión, 22 de septiembre, le tocó el turno al Warnken.
La génesis del evento se inició esta semana, cuando nos confabulamos Coño Gamboa, Velador Campos, Papa Cárdenas y un servidor para ir a celebrar al Warnken a las 8.00, aprovechando de tocarle diana. En la ocasión, Papa se excusó por viaje a la II Región.
Con la complicidad de Natalia, la hija del Warnken, nos introducimos al depto. y caimos de zopetón sobre un bulto inerte que dormía a pata suelta: era el Warnken. Torta en mano, con vela prendida, al son de cornetas y centellando serpentinas, entonamos los sones de Las Mañanitas y del Cumpleaños Feliz. Sólo en esta última pieza el Warnken cobró la conciencia de un ser humano algo despierto. Como el muchacho igual es sensible y afectivo, se emocionó casi hasta las lágrimas. Entonces pudo leer la dedicatoria escrita en la torta: "Felicidades, Gordi" (la Natalia se revolcaba de la risa).
Manolo Concha