Carta de un profesor a su alumnos que se retira de la Escuela Naval.
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Valparaíso 13 de noviembre de 1933
Señor Edmundo Claro
Mi querido alumno
Mis primeras palabras son para explicarle un error que cometí en su dirección en Santiago
Cuando me envió su atenta tarjeta de despedida, se la contesté al día subsiguiente, y ¡oh sorpresa!, hoy minutos antes de su cariñoso telegrama llega mi carta de vuelta por error en la dirección. Qué plancha me dije. He pasado por un desatento: Pero después no pensé lo mismo al recibir un telegrama Haciendo un pequeño sumario vi la torpeza que cometí. Tomé la dirección de la señora madre del Cadete Bombal que está antes que usted en la lista de las direcciones de los papás de los cadetes. Le incluyo la parte del sobre que la tomé después de romperlo y cuando lo iba a depositar en el canasto.
Ruego pues me excuse la equivocación y créame que su retiro cayó en mí como una sorpresa; pues siempre creí que usted sería una promesa para la Marina.
De todas maneras, estoy seguro que donde esté, estará bien; porque aquí fue un modelo de Cadete y lógico es que lo será en cualquier parte donde vaya, pues estoy seguro que usted era uno de los cadetes que tenía más afianzado el factor “hombre” escaso hoy día y que sin duda llevará siempre al éxito.
Agradezco Claro su tarjeta de despedida de la Escuela y créame lo sentí verdaderamente.
Su telegrama tan oportuno como cariñoso me llena de satisfacción porque viene de un ex cadete que era bueno, correcto y lleno de merecimientos.
Reciba mis deseos de un constante éxito y disponga de mí en lo que se le ofrezca.
Saluda a sus órdenes
Agustín Ramírez O.